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El búcaro de barro

Causas inimaginables

       Últimamente me han pasado un par de cosas con algunos objetos inanimados que paso a relatar. El primer caso fue con un televisor a través de la cual recibo la televisión por cable. Ocurría una cosa extraña cuando llevaba un rato puesto el televisor, perdía los colores y llegaba a oscurecerse totalmente la pantalla. Lo achaqué a que la televisión tiene ya casi diez años y le estaba fallando el tubo de imagen que al calentarse se le iba la luz.  Ya estaba pensando en llamar a un técnico para que la arreglara o, más drásticamente, el tirarla a un punto de reciclado. Menos mal que retrasé cualquiera de esas dos decisiones. Una tarde viendo la televisión con mi hija, de nuevo volvió a ocurrir en mitad de una película, pero mi enfado tornó en asombro cuando mi hija se levantó y moviendo levemente el decodificador de la televisión por cable, la televisión volvió a recuperar la imagen con toda nitidez. Es lo que hago cuando se deja de ver, me dijo simplemente. ¡Menudo ridículo si llamo al técnico!   

         El otro suceso fue con una persiana del trabajo. Es una persiana vieja y no me extrañó que fallara y, de pronto, quedara enganchada y no pudiera bajarse del todo. Probablemente alguna tabla rota o desenganchada, pensé. Pero después de lo de lo del televisor no me fío. Entonces mirando para arriba me di cuenta que un hilo del visillo se metía por el agujero por donde corre la cinta, atascándola. Saqué el hilo y funciona perfectamente la persiana.

          Estas cosas que me han pasado  con los seres inanimados en que el comportamiento de los mismos tenía causas que ni por un momento imaginaba me lleva a pensar que, con más razón, el comportamiento de los seres animados y especialmente el ser humano tiene un comportamiento que en la mayoría de las veces no podemos determinar las causas. Muchas veces la gente nos sorprende con unas actuaciones dificiles de comprender, que quizás si conociéramos las causas entrarían en el campo de lo comprensible. Lo complicado es educar ese sexto sentido que por encima de las actuaciones nos ayude a distinguir las verdaderas intenciones.

3 comentarios

Gatito viejo -

Sí, sin ir más lejos, en informática a veces no funciona algo y te sales del programa, vuelves a entrar y ya funciona. Es como hacer magia. Haces un poco el tonto y le dices unas palabritas y hasta quedas bien. Todo tiene una razón, o tal vez no, aunque sea desconocida o inalcanzable a nuestros ojos.
Saludos

Brisa -

Pues tienes razón, de todas formas yo entiendo que tengo, tenemos más de cinco sentidos :) solo hay que irlos desarrollando poco a poco.
Besitos¡¡

Kotinussa -

Vengo a devolverte la visita y a comentarte que, efectivamente, vivo muy cerca del Mentidero, como suponías.

Volveré por aquí en adelante.

Saludos y hasta pronto.