¡Qué coño!
Esta expresión no es un grito de guerra y ni siquiera una exclamación admirativa a la vista de "algo" asombroso, sino el simple recuerdo de dos palabras que escuché hace muchos años en una película. Si mal no recuerdo el título era Risky Bussines y era una de aquella época, hace más de veinte años, en que Tom Cruise no podía ni imaginarse sus misiones imposibles. En un momento de la película alguien le dice al protagonista:
-Hay momentos en la vida que hay que decir ¡qué coño!
Me pareció una frase muy acertada y que encierra dentro de su aparente zafiedad un gran simbolismo, la de la persona que ha sobrepasado un cierto límite ya sea por desesperación o hartazgo, que se detiene y ha decidido saltar por encima de ese muro que le separa de otra situación diferente, en definitiva, de lo desconocido. Lo que ocurre es que no siempre es fácil tomar la decisión de saltar por encima, pero hay momentos en que la propìa salud mental empuja a ello y en esos casos se dice : ¡Qué coño! Se salta desde arriba del muro y se espera al menos que el aterrizaje, a esas circunstancias nuevas, sea lo menos doloroso posible.
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