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El búcaro de barro

Muertos afectivos

Muertos afectivos

             Todos conocemos a algunos de ellos, son gente de nuestro alrededor, próximos y conocidos. De ojos opacos, corazón acorazado, emocionalmente planos, de gestos controlados y sonrisa incapaz de superar determinada curvatura. Muchos son afables e incluso simpáticos, pero están afectivamente muertos.

             Al saludar lo hacen tendiendo una mano floja y fría, por la que parece no circular la sangre hace mucho tiempo y si las circunstancias le obligan a dar un par de besos, sus labios perdidos en el aire se acercan pero rehúyen el contacto con la mejilla, emitiendo un leve chasquido en aire similar al de las articulaciones.  Sólo hablan de cosas que no les implican como el tiempo o los deportes y si tienen que preguntar cómo estás se horrorizan de que la contestación sea algo diferente a "bien". Vigilan que nadie se introduzca en su interior y para ello se recubren, con estudiado esfuerzo, de una piel resbaladiza contra la que se destroza cualquier intento ajeno de cercanía.

              Seres que se resisten a cambiar con los años, ¿para qué? si ellos se encuentran bien. El único cambio que un día más o menos lejano se avienen a realizar es el cambiar la a por la e y convertirse en efectivamente muertos.

            

5 comentarios

iscariot -

Encuentro muy acertado tu post, salvo por una cosa. No creo que el hecho de que esa gente no cambie se deba a que se encuentren bien. Vivir así, con ese dessapego a los demás y a la vida se pare mucho al infierno. Yo lo sé bien porque lo he vivido durante muchos años. Me identifico plenamente con algunas de las descripciones que haces. Normalmente todas esas personas tienen un denominador común: Miedo. Un miedo brutal, muchas veces irracional, a la vida. Un miedo que les hace preferir el vacio a cualquier otra cosa. La buena noticia es que de ahí se puede salir, aunque cueste años. Si te consideras amigo de alguna de estas personas, vale la pena arriegas y meterles el dedo en el ojo. Decir lo que piensas, pedirles que se pongan en contacto con un psicologo, que intente salir por todos los medios de ese agujero. Al final, todos somos humanos, todos tenemos una semilla que puede germinar, incluso aunque haya encima capas y capas de hielo acumulado durante años.

Victor -

Mi cuñado me da la mano floja, pienso que es porque no le caigo bien, pero despues de leer esto, ahora me da pena...

Gatito viejo -

Debajo de esas vidas que describes con tanto acierto, sin duda se esconde un pasado digno de salir a la superficie. A veces el destino es el responsable de lo que somos, o nosotros mismos...tanto da.
Un texto lleno de ingenio del que podría surgir una buena historia quizás.
Un saludo

white -

Acabas de describir a alguien que conocí hace tiempo, con decirte que tuvo que ir a un curso para que le enseñaran a dar la mano con eso te lo digo todo.
Besito

Trini -

Pues si que ha de ser una vida triste...

Un abrazo