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El búcaro de barro

Sólo siete minutos...

Sólo siete minutos...

             Tras cinco horas de tren, la proximidad de mi estación de destino hizo que me preparara y me dirigiera hacia la plataforma del vagón. También mi compañero de asiento, con el que sólo había cruzado durante todo el viaje unos educados buenos días, hizo lo propio. Aquel estrecho espacio nos impulsó a hablar y a preocupamos por las razones de nuestros respectivos viajes y, entonces, me enteré que vivía en Madrid, era profesor universitario y poeta, que venía a un congreso literario, que conocía a muchos escritores y que teníamos algunos amigos comunes….

             Sólo fueron siete minutos de atractiva y animada charla. pero cuando al estrecharnos las manos nos despedimos en aquel andén, me alejé viendo como se perdía en la distancia. Y entonces pensé que cuántas veces nos encontramos, en nuestra vida, con personas interesantes pero ésta, egoísta, con sus tretas, sólo nos concede dedicarles, como ahora, siete minutos.

4 comentarios

Nieve -

Que pena que fuera tan poco tiempo, porque seguramente tendríais mucho mas que hablar....

Me gusta el tren pasando....muy chulo el dibujo :)

Besitosssssssss

lunarroja -

Al menos esta vez fueron siete minutos.
Otras, como bien dices, no hay siquiera esa posibilidad.

Hay que ir con los ojos bien abiertos, sí...

olovidare el ayer... -

siento un toque de melancolia mezclada con la rabia en tu articulo ,hoy,y me gusta este coctel de sentimientos.
un beso .

ideas -

Cuantas veces nos cruzamos en la vida con gente interesante y no somos capaces de verles...