Desde la terraza
Acabo de llegar no hace mucho. Tras dos días encerrados en un hotel en un curso, he acabado agotado física y mentalmente. Curso aburrido donde los haya, en el que hubo momentos en que usaba el respaldo de la silla para que mi cuerpo no desapareciera en las fronteras del sueño, porque me daba la impresión de unas construcciones lingüisticas fuera de toda lógica y menos interesante que si se hubieran dedicado a explicarme la resolución de ecuaciones diferenciales.
Algún momento tuvo de bueno y es ese rato que al amanecer tuve desde la terraza de la habitación en la que dormí. El mar silencioso, despertaba con colores tenues y me estimuló para resistir la sufrida jornada.
1 comentario
Pitijopa -
Saludos