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El búcaro de barro

Reflejo

Reflejo

Ella poco antes de aquel tan preparado encuentro con él, se sentía especialmente ridícula, a pesar de todo lo vivido en aquella existencia que ya lindaba los cuarenta.

 

Sus movimientos estudiadamente cavilosos, acercaron sus dedos al botón de los vaqueros, que se soltó en un ligero movimiento al que siguió el descenso de la cremallera y el deslizamiento de los pantalones, con rozamiento cero debido a la suavidad de sus piernas, hasta los pies. Fue liberando despacio, como si dudara, sus botones y su blusa, lanzada al aire, cayó al suelo con un movimiento que semejó a una medusa nadando. Curvó su cintura hasta que sus dedos agarraron sus bragas y las arrancó de su cuerpo como si éste estuviera deshilachándose, con lo que brindó su desnudez inferior a los ojos del aire.

 

Ahora venía lo más difícil, tanta duda en ella iba convirtiendo aquel instante en en el más insulso que recordaba, así que sus brazos se retorcieron hacia atrás hasta que sus dedos acertaron a soltar el cierre de su nuevo sujetador. Sus pechos, ahora liberados, quisieron parecerle especialmente pesados. Su nerviosismo aumentaba, al saber que iba a entrar en el otro cuarto a encontrarse con él e su piel se iluminó, luciendo como consecuencia de las gotitas de sudor que perlaban todo su cuerpo.

 

No quiso retrasar ese momento de enfrentarse a él y entrecerró los ojos, lo suficiente sólo para intuir el camino hacia dónde él la aguardaba. Las plantas de los pies en su contacto con la frialdad del mármol le transmitía escalofríos. Atravesó la puerta sintiéndose cómoda en la tibia penumbra que envolvía la habitación, aunque percibió la estática presencia de él. Se colocó frente a aquel bulto oscuro al que ya podía tocar si alargaba la mano.  Tragó saliva y no lo pensó más…

 

Como un resorte su mano de dirigió al interruptor de la luz y la habitación quedó iluminada, abrió los ojos y pudo ver su imagen desnuda…reflejada en él…aquel espejo, el primero al que se asomaba tras aquella operación de aumento de pechos. Sus ojos se iluminaron al verse…¡no había quedado nada mal!

1 comentario

Jordi M. Novas -

mm, interesante, volveré por aquí..