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El búcaro de barro

Contra el viento

Contra el viento

        Esta semana he aprovechado lo que se alargan los días, para caminar por la tarde en la playa. Hoy he vuelto a ir a pasear, a pesar de que era uno de los escasos paseantes envueltos en un fuerte viento de poniente. El poniente en nuestra zona es frío, todo lo contrario que el levante. Ha sido una sensación agradable la de caminar contra el viento, observando las palmeras del paseo marítimo curvadas como haciendo educadas reverencias, la arena dibujada de ondas que quebraban el paso de mis huellas y el mar convertido en un hisopo gigante que me salpicaba de agua salada mientras me hablaba de todo y de nada, a la vez.

          Ese esfuerzo creciente contra el viento valió la pena y disfruté mucho del paseo, sobre todo cuando al dar la vuelta sólo tuve que izarme en sus brazos invisibles y cómodamente me trajo hasta el punto de partida.

1 comentario

Teresa -

Son terapeuticos estos paseos? Donde llevas tu mente? La mantienes en silencio o se ejerce algún tipo de monólogo?