Lamento póstumo
"Se nos va la vida", decías mirándome
debajo de un naranjo y del azul del cielo.
Tus labios oliendo a azahar
invadieron de besos,
jugosos y mágicos, llenando de caricias
nuestro primer encuentro.
Tus manos fuertes se asieron a las mías.
Me tragaban tus ojos lanzándome destellos
y brotaron mil sensaciones
que pensé ya durmiendo.
El adiós esperado, que separó destinos
se convirtió en eterno.
Rendido por tu ausencia, frente al mármol,
lloro solitaria ante los crisantemos.
Arrepentida de temores
y de todos mis miedos,
porque no conseguí saltar, lanzándome al vacío,
para decir ¡te quiero!
1 comentario
Teresa -