¿Buenos aires?
Tras un mes de julio y primeros de agosto de sol y temperaturas agradables, el tiempo ha cambiado en este rincón del sur. Las temperaturas han subido hasta los treinta y cuatro grados, las ventanas de las casas permanecen cerradas y las persianas bajadas hasta media altura y cuando se sale a la calle un abrigo hecho de aire caliente nos rodea y dificulta, en cierto modo, hasta respirar con fluidez.
De tres a seis de la tarde las calles se descubren solitarias, como las de un pueblo fantasma y sólo osan pasear los visitantes que deben aprovechar cada hora de las que tienen, que para eso les está costando la estancia en el hotel. Cuando el día declina la gente empieza a salir, una acera sigue solitaria, la del sol, y la otra se va notando ya bulliciosa. Las terrazas de los bares empiezan a llenarse hasta que no se encuentra una mesa libre y un ligero viento nocturno parece relajar el día. Para los dueños de los negocios son buenos estos aires de levante, pero yo en verano prefiero mil veces el viento de poniente.
1 comentario
tejedora -
Besos, Búcaro.