Ardiente verano
María una treintañera que vive en Madrid con su hijo adolescente se tiene que ir a veranear al pueblo de su exmarido, Monbeltrán, a casa de su suegro Abel. A ella no le gusta nada aquel ambiente y afronta muy mal aquellos días allí. Un día paseando por el campo se encontrará con una cuadra y dos caballos, pero mientras los observa, ella es observada por un hombre a quien no conoce y la introduce en una cabaña…se deja llevar… A partir de este momento su ánimo cambiará y anhelará el momento de encontrarse con aquel desconocido, que pronto se nos revelará a ella y a nosotros quien es.
Un relato sostenidamente erótico el escrito por Noelia Amarillo, que logra mantener la atención del lector e ir acrecentando progresivamente la tensión sexual de la historia. Las escenas explícitas de sexo van encajadas en una trama argumental que la hace apetecible a la lectura. La ambientación y el paisaje quedan bien retratados y se nos hacen cercanos. Y asistiremos a la evolución de la protagonista y al cimbreo de sus ideas que no eran tan firmes como ella pensaba.
“No fue un acto amable ni tierno. No hubo besos delicados ni caricias suaves. Fue el encuentro entre dos maneras de vivir, pensar y sentir. No fue desesperación, instinto ni sexo, sino el choque entre dos voluntades que, sin ser consciente de ello, caminan en la misma dirección a la vez que están separadas por la duda y el recelo. El encuentro entre cuerpo, alma y corazón de dos vidas que se complementan para formar el río vital, caudaloso y salvaje que quiebra la coraza más dura y la convierte en un único latido, compenetrando sus cuerpos y sus sentimientos hasta fundirse”.
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