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El búcaro de barro

Una sonrisa marcada

Una sonrisa marcada

                El siempre estuvo enamorado de Ella desde que de pequeños compartían sus juegos con otros niños. Su crecimiento lo único que hizo es aumentar su interés por Ella y el aparente desinterés que Ella tenía por Él. Él sólo esperaba un momento, que nunca llegó, para ser el más feliz del mundo. Pero un día en ese cruce diario, que les imponía la vecindad al ir a sus trabajos, El creyó captar una sonrisa en los labios de Ella. Fue un momento mágico, en el que sintió que todo a su alrededor se iluminaba de mil colores, le temblaron las vacuolas de cada una de sus células y una alegría inusitada le inundó todo su ánimo de tal forma que le pareció flotar. Aquella sonrisa de Ella se le quedó impregnada en su espíritu como si se la hubieran marcado con un hierro candente, imposible de eliminar.  Aquel instante prendió en El y  se le hizo inolvidable. Aquella sonrisa se convirtió en lo único que dio sentido al resto de su vida.

                Fue capaz de elaborar aquella sonrisa, de medir los labios, su tono rosáceo, su piel jugosa y su suave textura. Era capaz de distinguir la abertura de aquella sonrisa, las arrugas marcadas en las comisuras de los labios. Los dientes que cual perlas blancas que asomaban a su través, los colmillos un poco más largos que el resto, los de abajo algo atropellados. La guardaba como el que guarda un tesoro de infinito valor. Una cuantía que le animaba en sus noches de soledad, en sus épocas de desánimo, en sus tragedias cotidianas. Siempre seguía hacia delante recuperando la sonrisa de Ella. Y los años pasaron y Él envejeció y aquella sonrisa pareció darle aires de ilusión y juventud, porque Ella envejeció también y de peor forma hasta que falleció. Enterado del óbito El acudió a verla en su póstuma postura. Le costó trabajo subir pero la sonrisa le dio empuje y entonces fue cuando vio a Ella, como dormida. Parecía sonreírle pero vio algo que le llamó la atención, aquella sonrisa no era la que él recordaba. El color de sus labios era diferente, los dientes amarillentos se amontonaban en las encías y los colmillos eran más cortos que los otros dientes. Aquel descubrimiento le supuso una tragedia. Había basado todas sus ilusiones y, en definitiva, su vida, en una sonrisa equivocada. Fue como si de pronto nada tuviera sentido y hubiera perdido su razón de ser. Notó su cuerpo muy pesado y el corazón con una aceleración desconocida, como acostumbraba quiso imaginarse la sonrisa, pero le resultó imposible figurarla, había desaparecido de su mente. Su cuerpo empezó a agitarse, a temblar con unos movimientos imparables, hasta que un fuerte suspiro detuvo su corazón.
 

                 En toda su vida, ni cuando se sentía iluminado por la sonrisa, pudo imaginar que moriría a los pies de Ella. Seguramente si alguna vez se le hubiera ocurrido, la sonrisa la habría esbozado Él.

10 comentarios

Nieve -

Que bonito, y que triste...una sonrisa puede mover el mundo, y conseguir aquello que parece imposible, como tener ilusión por la vida...
Muchos besos

Meritxellgris -

Muy buen relato que deja al final un poso amargo. Los amantes de Teruel, en resumidas cuentas.

Muy acertado ese juego Ella- Él.

Abrazos.

Tana -

:) Me ha gustado mucho. Otra razón más para ir sonriente por la vida. Bicos!!

GUADALUPE -

Una sonrisa al aire, y el misterio empieza, solo hay que descubrirlo.....
Regreso a tu lugar
BESO SONRIENTE

Unda -

Una sonrisa te dejo ;)

Tana -

Un besazo de Año Nuevo, Elbúcaro. Aún no me he puesto al día, aunque espero hacerlo en breve pero, entre tanto... Has sido invitado a contar 5 Extraños Hábitos. Pasa por mi recuncho, allí te emplazo ;)

Trini -

A veces depositamos la ilusión por un tiempo indefinido en algo y un día, pasado el tiempo, algo nos hace abrir los ojos y con pena nos damos cuenta del tiempo perdido en adorar a quién no lo merecía tanto.

Pero mira, tenemos el consuelo que fue bonito mientras duró...

Un abrazo

Anawin -

Tremendo relato. Dos vidas entorno a una sonrisa...Me ha encantado. Saludos.

ideas -

¿quién puede resistirse a una sonrisa? creo que mas de uno venderiamos el alma por una de esas sonrisas que derriten el hielo...

Darilea -

Sonrisas
que han de iluminar una vida
y truncadas quedan en el camino del olvido.
Besitos