Una forma de soledad
Siempre he pensado que una de las mayores formas de la soledad es la del que viaja sin que tenga a nadie que se preocupe por donde estará. Se sube, por ejemplo, al tren y nadie va a despedirle, sin problemas de que el móvil suene durante el viaje. Y al llegar al destino en medio del bullicio de reencuentros de besos y abrazos él se siente solo, mientras sin atreverse mucho a levantar la cabeza se dirige hacia la salida. No tendrá que llamar a nadie para decirle que ha llegado porque a nadie cree que le importe. Y siempre teme que al llegar al hotel donde se aloje sea su última noche y a la mañana siguiente cuando lo encuentren sobre la cama, el recepcionista no sepa a quien llamar, porque nadie sabía que él estaba allí.
Esto me lo ratificaba hace algunos días un amigo, que durante muchos años viajó con esta sensación. Ahora se alegra cada vez que llega a su destino de poder llamar a su mujer y a su hijo para decirles que tuvo buen viaje.
10 comentarios
La hormiguita -
MaRioSe -
Pero cada uno tiene lo que busca, lo que ha optado, tiene sus más y sus menos...
Soy persona de estar rodeada siempre... pero siempre busco mi espacio, para poder respirar también a solas... es necesario y sano... pero no me gustaría estar sola. Lo he sentido pocas veces, pero duermo muy mal si no noto su calor, su cuerpo, su respiración... me entra mucha tristeza...
Brisa -
cabaret -
athena -
Gatito viejo -
Kotinussa -
reina -
En los viajes es cuando más patente se hace, como muy bien has sabido reflejar.
Llegados a este punto habría que hacer la reflexión de que es lo que nos ha llevado a esta situación y que es lo que hay que hacer para salir de ella.
Cosa que se dice muy pronto, pero que no es fácil.
Un abrazo, y me alegro por el exsolitario, que por lo visto lo logró.
paloma -
Besos
ideas -