Blogia
El búcaro de barro

A primeros de mes

A primeros de mes

         Ayer empezó el mes de octubre, el mes que más me gusta de todo el año y, que por ello, procuro saborear de una manera especial antes de que lleguen esas festividades en que se recuerdan, especialmente, a los difuntos.

         Al empezar este primero de mes, no sé por qué, me he acordado de esa frase hecha que, a aquellos que nuestros padres sufrieron el hambre de la postguerra, nos decían en nuestra infancia. En aquella época, donde la recuperación económica iba a paso lento, no existía esa “magia” producida por el dinero y que hace que cuando nuestros hijos necesitan algo automáticamente lo tengan. En aquellos años, sin embargo, la magia era diferente sólo tenía unos días concretos. Así cuando los frecuentes estirones asomaban mis delgadas piernas más de la cuenta se procedía a estirar los dobladillos de los pantalones, hasta que se agotaban. En aquel momento yo pedía unos pantalones nuevos, no tenía, al ser el mayor, la “ventaja” del resto de mis hermanos que heredaban los míos. Entonces es cuando me decían, que tendría que esperar un poco, “a primeros de mes”. Y, efectivamente, como si fuera una fecha mágica acudía con mi madre a una tienda de confección donde lo normal era pagar la ropa “a poquito a poco” y yo salía con mis flamantes pantalones con el dobladillo de reserva para futuros alargamientos. Sí, me acuerdo de aquella magia de los “primeros de mes” pero sobre todo la verdadera magia, de la que no fui consciente hasta años después, que desarrollaban mis padres para con un solo sueldo sacar adelante una familia de once miembros.

10 comentarios

Pilar -

Es verdad que el mes de octubre es uno de los más bonitos del año. El tono dorado que adquieren los paisajes es algo precioso. También es verdad que antaño nuestros abuelos y nuestros padres hicieron auténtica magia, tal como comentas, para salir adelante y para darnos un futuro mejor. Pero no estoy de acuerdo con la idea generalizada de que nuestros hijos tengan todo al instante, muchas veces depende de nosotros, como educadores, que les hagamos valorar las cosas, y ya no sólo valorarlas, sino incluso desearlas. ¿Qué futuro les espera a quienes no ansían nada?
Me encanta cómo escribes, muchas felicidades.

Gatito viejo -

No hay nada como mirar atrás. Qué ciertas tus apreciaciones. Saludos

Meritxell -

Me ha gustado mucho ese recuerdo de tu infancia: el dobladillo del pantalón era un símbolo de todo lo que tenían que hacer para que la economía doméstica saliera a flote como se pudiera. Y sí que debían tener algo de magia aquellos hogares con tantos hijos y ¡todos han salido adelante a pesar de las estrecheces! A mí me parece de otro mundo porque ahora nos quejamos por todo y estamos todo el día pidiendo ayuda, cosas, lo que sea. Esa visión del pasado la tendríamos que tener siempre en el presente para no ser como somos de consumistas absurdos.


Besos.

superlexy -

Que fuerte y cierto todo lo que dices ... ¿como se lo momtaban para sacarnos adelante? Eso si que eran peripécias y no lo que tenemos que hacer ahora nosotros . Que ,vale , es verdad , la cosa esta muy chunga pero ... ¿a que todos tenemos nuestras pijadas que sin ellas no podemos vivir? y sobre todo , ¿a que cada uno de nosotros tiene una simple cama para cada uno? Porque antes ... la de hermanos que dormian juntos .. Tan simple como eso ...
Un agradable recuerdo , si señor.
Primero darte las gracias por qué y como escribes y luego mil gracias de nuevo por estar ahí al pie del cañón , que nada más escribir yo ya me comentas tú.
Gracias.
Un besazo enorme ;)

barbie-funcionaria -

que ciertas tus palabras y que entrañable tu relato. Gracias por el prestamo de la sonrisa, acepto.

Bezitos
condió

Bohemia -

A mi me gustan estos meses, me encanta el otoño. Y en relación a lo que cuentas, ciertamente antes había carencias, pero ahora hay más, aunque las neveras estén llenas y tengamos en el armario más ropa de la que necesitamos...
Un abrazo

Mila -

La verdad que nuestros padres, abuelos hacian magia... y de verdad que eran tiempos magicos

lunaria -

Siempre me he preguntado cómo fue posible que mis abuelos criaran a sus cinco hijos en una casa de vecinos, como se solía decir, con tan sólo dos habitaciones. Sin duda, eran tiempos difíciles, en los que comer por ejemplo un pollo era todo un lujo reservados a aquellos que tenían posibles.
La magia de aquellos tiempo se perdió, ya que cualquier prenda, comida u objeto nuevo suponía una ilusión desmedida, aunque por otro lado, me alegro que hoy día no tengamos que pasar el sufrimiento que ellos pasaron para criar a sus hijos.

ana -

Y para la mayoría de nuestros niños ahora cualquier día es 'primero de mes'. No les falta de nada, pero le negamos la posibilidad de darle valor a las cosas.

ideas -

Para mi, estos meses donde el dia se acorta y las tardes son tan breves nunca me gustaron.. me traian melancolia..