Visitantes de ida y vuelta
Tengo la gran ventaja de estar en un trabajo donde al ochenta por ciento de los papeles que manejo les pongo el rostro del interesado. Sé que tras las palabras, la mayoría de entendimiento ininteligible, que se desparraman por esa celulosa transformada hay toda una historia que suelo conocer y tras esas frases redichas no me resulta complicado ver los ojos.
Algunos de estos interesados son visitantes habituales de mi oficina pero hay otro grupo que llamaría de "ida y vuelta". Son seres inhabituakes que un día, en el que los conozco, aparecen por la puerta con la espalda invisiblemente doblada por la espalda de un problema, algunos de especial complejidad y de difícil solución que hay que desenmarañar. Yes, a partir de entonces, cuando esa visita se convierte en algo de costumbre y durante semanas, o incluso meses, nos convertimos en algo más que contertulios y, aprendemos a conocernos, hasta que llega ese momento en que un simple escrito pone final, en general feliz, a tan elaborado proceso.
Y, después de eso, ya desaparece y es sustituido por otros y por otros problemas, pero hay veces que al cabo de unos años, vuelve aquel rostro, que se hizo familiar, a aparecer. El otro día reconocí a una mujer que vino por otra cosa, y le dije: ¿tú eres la mujer de Pepe? Si, me contestó. Y, aunque hacía diez años que no la veía y estos se habían incrustado en su rostro, recordaba las muchas veces que tuvimos que hablar por el caso de su marido. A él nunca más volví a verlo. Hoy está trabajando en el campo. También el otro día volvió por allí una joven, quien hace varios años fue visitante asidua, con un gran problema familiar su madre había muerto hace años y ahora era su padre el que había fallecido. Ella estaba recién casada y los hermanos aún eran pequeños. El otro día me estuvo contando que su hermano pequeño, ya todo un hombre, estaba ya trabajando y con un sueldo medianamente bueno. Y recordábamos aquella época en que lo pasaron tan mal y que hoy, eso fue lo que más me animó, la podía recordar con una gran sonrisa en la boca.
7 comentarios
Mujeres en la sombra -
barbie-funcionaria -
Bezitos
melytta -
Bonitos viajes por esa tierra en la que viví algunos años (Cádiz) la de mi padre, interesante relato la mujer que se libera cuando por fin se encuentra preparada para hacerlo. Es curioso que cada vez me apetece menos colgar las bolitas en el árbol, pero ya has visto que no puedo resistirme a los regalos...
Las personas que pasan por nuestra vida, algunas por un breve tiempo y de repente ¡zas! como una aparición resurgen de su/nuestra nada para descubrir que no las habías olvidado, que siguen ocupando ese espacio ese tiempo, en el pretérito imperfecto de nuestros recuerdos.
Un fuerte abrazo desde Gr.
ana -
desiree -
besos
ideas -
saludos
Gatito viejo -
Saludos