Un rencor profundo
Estréchame la mano, no seas rencoroso… Sí, ya sé que no me porté muy bien contigo, que tu mujer se vino conmigo y por mi culpa te expulsaron del trabajo. Pero no seas así y dame la mano. Espero que seas capaz de olvidar todo eso.
¡Coño! dame la mano que se está rompiendo la cuerda a la que estoy agarrado y cuelgo sobre el precipicio. Vale,…¡no!, la que tienes impregnada de aceite ¡no!...¡la otraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
3 comentarios
Mityu -
Un saludo.
Lludria -
Saludos!!!!
Patri -
Besotesssssssssss