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El búcaro de barro

Más cuentos para sonreír

Más cuentos para sonreír

             Si hiciéramos una metáfora gastronómica, una novela equivaldría a un copioso almuerzo y unos cuentos a los aperitivos, a esto “saben” los más de trescientos cuentos que nos trae esta antología. A unos aperitivos que, al tener autores tan diferentes, compensan las diferentes calidades que pudieran tener con la gran variedad que presentan. Hay algunos que son francamente buenos y que, con esa brevedad que caracteriza al cuento, nos anima a releerlos. En otros descubrimos más buena voluntad que un verdadero interés literario. Pero eso sí, es un libro que continuamente nos está sorprendiendo y cuando terminamos de saborear cada uno y vemos el siguiente a continuación, pensamos que todavía tenemos algo de apetito y esa impaciencia golosa que también se da en la literatura nos invita  a hincarle el diente al que viene detrás y a no esperar al día siguiente.

 

            El cuento, el relato, ese que parece ser el hermano pequeño de la novela, es un género vivo, que requiere una espontánea agilidad para darle formas atractivas y no dejar que el interés decaiga, ni un solo instante, en tan pocas palabras. Sin duda, para los que leen poco, es un empujón, un aperitivo, para introducirse en ese proceloso y sugerente mundo de la literatura, por lo que siempre han de ser bienvenidas las antologías como, la que en este caso, nos ocupa.

1 comentario

Nanny Ogg -

Menuda sorpresa encontrarme con esta reseña en tu blog. Uno de mis relatos forma parte de esta antología (que sin duda entra más en la categoría de "buena voluntad" que en la otra :D). Es la tercera vez que Hipalage selecciona uno de mis microrelatos. Quizás, algún día, hasta logre ganar el concurso :D

Besos