Entre dos luces
Cuando hago el camino cotidiano por las calles, en esas horas previas al amanecer, pienso que si no fuera por la luz, que desprenden los objetos, todo estaría oscuro y su existencia permanecería oculta a mi mirada. La luz nos descubre su fisonomía, sus rincones y permite a mis ojos posarse sobre ellos y reaccionar gustándolo o repeliéndolo. La influencia de la luz es fundamental, eso pensaba al ver esta casa que da a dos calles con distinto tipo de farola. En una de las calles la fachada con la luz blanca aparece moderna e incluso alegre. La otra amarillenta, nostálgica, somnolienta...como si se resistiera a despertar a la luz del amanecer.
Sólo unos minutos después la luz del sol invisibilizará la luminosidad de las farolas y uniformará esas dos fachadas, ahora tan diferentes, y al que pase por delante, yo mismo, no se le ocurrirá reflexionar sobre la diferencia de las dos luces.
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teresa -