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El búcaro de barro

Palabras de diseño

Palabras de diseño

           Cuando se conocieron Ella se enamoró, sobre todo, de las palabras que le dirigía El. Éstas eran dulces y atractivas, rotundas y mágicas, resueltas y almibaradas... Ella cayó bajo el hechizo de aquellas ristras de letras que le abrazaban sin que pudiera oponer resistencia. Con el tiempo sintió una extraña sensación, su naturaleza pudibunda acabó anulada y se desprendió, en el día a día, de todos sus ropajes recuperando su desnudez primigenia. Y cual si de vestidos se trataran Ella tomaba aquellas palabras y las usaba como vestimenta. Dejó de comprarse ropa e, incluso, en vez de joyas y abalorios usaba los monosílabos y exclamaciones que él prorrumpía. La desnudez de su cuerpo, así ornada, era la envidia de todas sus amigas.

           Un día El sufrió una fuerte afección de garganta que lo volvió afónico durante una temporada. Y las palabras desaparecieron de aquel acogedor universo. Y caminando Ella por la calle, totalmente desnuda, se encontró sorprendida y detenida por la policía.

           Pero lo peor fue cuando El acudió al juzgado e intentó justificar ante el juez aquella extraña historia sin poder articular palabra alguna.

3 comentarios

Gatito viejo -

Enamorarse de las palabras, vestirse con ellas y con todo eso hacer una bonita historia... "Très bien, mon ami!"
Saludos

Patri -

¡¡Me ha encantado!! Sigue escribiendo como lo haces, que es un gustazo leerte. ^_^

Por cierto, estoy de acuerdo con Nanny. Es así de simple.

Besotesssssssss

Nanny-Ogg -

Bella historia... y no del todo falsa.

Las mujeres nos enamoramos de las palabras del hombre que amamos y nos vestimos con ellas y sin ellas desaparecemos.