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El búcaro de barro

Despertar

Despertar

            Despertó un domingo más. Descansado tras horas de sueño, aún no había amanecido. Se notaba flotando en tan irreal atmósfera y se mantuvo en esa semivigilia en la que ansiaba, desesperadamente, mimosas caricias.

            Buscó como inexperto zahorí, esa agua, que no encontró para apaciguar la sequedad de su cuerpo. Intentó atenuarla con las gotas que brotaban de sus propios dedos, mientras su imaginación impulsada por alas surcaba el aire en busca de una fuente de agua clara.

            Las gotas de sus dedos y las estelas de su imaginación fueron, poco a poco, cubriendo su cuerpo de una pátina placentera que si bien no calmó de todo su afán, una vez que estalló le ayudó a seguir durmiendo…y soñando.

5 comentarios

Flaca -

Es que la noche, y los sueños o el dormir, tiene esa magia de mezclar lo real y lo imaginario, de una forma tan sutil que a vece parecen mezclarse; y a veces no parecen, sino que en realidad se topan...

Besines soñados!

Nanny-Ogg -

Y es que el señor Morfeo sabe muy bien cómo llevarnos siempre a lugares placenteros.

Besos

María -

Y seguro que sus sueños fueron delicios. Gracias por visitar mi blog y por tus ánimos, espero que las pilas se me carguen pronto. Besos

reina -

Es que el estado de duermevela es delicios, y encima nos permite satisfacer nuestras necesidades de unas maneras la mar de imaginativas, y encima sentirnos satisfechos, no está nada mal, no señor.

Encantada de volver a leerte,señor Bucaro.

Lunaria -

No hay nada como tumbarse y dejarse caer en los brazos de morfeo y que la mente haga el resto.