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El búcaro de barro

El reloj pintor

El reloj pintor

        Nuestra vida transcurre unas veces plácidamente y otras de forma tan acelerada que tememos encontrarnos sorpresivamente con un muro que detenga su camino. Hay momentos puntuales en que nos encontramos con personas o situaciones en las que nos gustaría quemar etapas que el tiempo corriera a la velocidad de la luz para situarnos en ese lugar imaginado que, creemos, siempre será mejor que éste. Es lo que tiene cuando sólo esperamos "llegar" y nos olvidamos de algo tan sabio como necesario: disfrutar del camino.

         Pero cada minuto puede ser importante, fundamental e irrepetible. Tenemos, por tanto, que dejar de dar empellones al tiempo y saborear ese momento de colores que nos va dibujando nuestro reloj pintor con sus agujas a modo de pinceles. Al final sumando todos los momentos llegaremos a ese lugar, probablemente más hermoso de lo imaginado y, además, tras haber salpicado de colores todo el camino recorrido.

5 comentarios

Trini -

Pasear por el camino de lo bueno y correr por el sendero de lo malo, así nos gustaría, al menos a mi, que fuese el tiempo...

Un abrazo

Sakkarah -

Es cierto, sólo deseamos llegar pero, a veces, ni siquiera sabemos a donde nos dirigimos. No lo tenemos seguro...

Un beso.

Gatito viejo -

También a mí me encanta este cuadro de Dalí. Refleja muy bien lo que expresas en tu post. Estoy muy de acuerdo con lo que dices. Cada minuto importa. Saborear el instante, disfrutarlo...De todas formas a veces es difícil y el reloj se convierte en el gran enemigo, muchas cosas por hacer y poco tiempo para disfrutar... la eterna lucha. Saludos

Tana -

Mmm... algo así como el "carpe diem"? Sí, supongo que sí y hay que intentarlo, aunque no siempre es fácil :)
Un besote!!!

Patri -

¡Qué razón tienes! El tiempo es ese señor que a veces corre muy rápido y otras apenas avanza... Pero lento o rápido nos lleva al mismo sitio, hacia delante.

Me encanta el cuadro que has puesto, es uno de mis favoritos.

Besotessssssss