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El búcaro de barro

23:23

23:23

     Tras un largo día, dejo, sin resistencias, que el cansancio se enrosque a mi cuerpo, lo que impulsa a que mis pies, con sus andares arrastradamente cansinos, trasladen todo mi ser hasta la cama. Dos sacudidas en el aire hacen que mis zapatillas tras una pirueta caigan caprichosamente bajo la silla y el aire frío abraza los dedos de mis pies, sólo un momento, porque rápidamente me introduzco, todo entero, bajo el edredón. Mi primera reacción es sentir las sábanas heladas, pero tras uno instantes logro caldearlas con el calor que desprendo. Saboreo entonces ese goce cotidiano que, tras todo el día, supone el encuentro con esta horizontalidad acolchada del colchón. Me giro sobre el lado derecho y pongo la mano derecha bajo la almohada. Ésta crece en estatura y me permite acomodar mejor mi cara que disfruta de este tacto mullido.

       Apago la luz de la mesa de noche, sacando levemente mi mano. Tiro del edredón hacia mi nariz y dejo un hueco por el que respirar, como si sacara un periscopio. La luz se tiñe de penumbras y parece como si eso acrecentara mi agotamiento que cae a plomo sobre todo mi cuerpo. Mis ojos miran hacia la mesa de noche donde  sólo brillan los números del reloj despertador: 23:23.  Noto como el sueño me va invadiendo y esos números parecen juguetear ante mis ojos. Estoy solo en la cama y una nostalgia solitaria crece dentro de mí sin que pueda controlarla. Esos números me recuerdan a nosotros. El 2 eres tú, con tus formas elásticas y sinuosas, como la gacela de mis sueños, que despiertan y colman mis ansias. El 3 soy yo, ¿es cosa mía? Parece tener algo de barriga, pero lo que asombrosamente más me recuerda a mí son esos brazos estirados, intentando aprehenderte, pero siempre…sin llegar, sin lograr ese objetivo. Y para colmo, esa escena repetida en el segundo 23.  Mis brazos intentan estirarse, hacia ti, hacia donde tú no estás, pero el edredón bien remetido impide que se separen del cuerpo. De pronto, una extraña e invisible niebla invade todo mi cuerpo…

            Un ruido me sobresalta, a través de la oscuridad miro la hora: 07:07

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